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La consciencia juega un papel extremadamente importante en nuestro ver y sentir.
Unos días antes habíamos acordado no pasar las fiestas en familia y que pocos pudieran encontrarme para saludarme en mi cumpleaños.  Estar solos, comer lo que hubiera, tomar lo que hubiera y esperar juntos solamente juntos, un año nuevo.  Y así fue que pasamos el 24, un súper baile de 5 personas, tremenda parrilla y las mezclas de las botellas que están de adorno arriba del esquinero nos sirvieron de previa, para el vino de la cena.
La playita estaba a dos casas de nosotros, estaba bien bonita, pintoresca y desolada; nosotros, solo nosotros.   Un día antes caminamos para recorrer y enseguida vimos la playa contigua, la arena blanca suave caliente, subimos unos médanos y confirmamos que a nuestra espalda todo lo que había era arena y mas arena y en nuestro frente agua y mas agua.  Todo lo que queríamos.  En uno de esos médanos si bajábamos, pasábamos el día y nadie nos iba a ver.  Eso era ideal para terminar de encontrarnos y hablar las infinidades de palabras que teníamos para decirnos.  Estaba previsto volver al médano al otro día, con cerveza fría y un regalo de cumpleaños que reservé para ese momento.
Nos levantamos, desayunamos tranquilos, no había que hacer nada rápido, no se llegaba tarde a ningún lado, juntamos lo que habitualmente llevamos para hacer playa.
Después de ahí, todo ya lo conté. Lo que no resalté porque no me pareció importante en los otros textos fue mi grado de inconsciencia.
  
Yo fui la primera en saber que me había lastimado que estaba rota, quebrada, lo verbalicé inmediatamente, lo escuche, lo vi, pero no lo acepté.
Cuando me llevaba la ambulancia y posteriormente con el cóctel de Ketofeno, Tramadol y Morfina cuando me llevaba mi esposo en auto de Castillos a Montevideo, menos lo podía aceptar.  Para mi lo que estaba viviendo era algo mas para contar.  Ni lo vi grave, ni me imaginé que iba a pasar tanto tiempo para recuperare.  Honestamente imaginé llegar a Montevideo, que me viera el traumatólogo, me pusiera una bota de yeso y volver esa misma noche a Rocha.  Cuando la Dra. me dijo, que al otro día me tenía que ver el Dr. en jefe de sección y que seguramente me trasladarían a Banco de Prótesis para operarme, sinceramente no le creí.  Pensaba que al otro día ese otro médico mas importante me ponía un yeso y me volvía.  A las 7:00 me avisan que a la 11:00 a.m. me venía a buscar una ambulancia para trasladarme al Hospital Banco de Prótesis y a la 1:00 p.m. me operaban.  Otra vez no les creí, pero por si las dudas pedí que me bañaran y cambiaran.

Cuando entré a sala de operaciones el enfermero me contó como iba a ser todo, que el cuerpo médico era de mi sociedad médica y que me iban a dar anestesia epidural, por lo que me adormecían, pero solo de la cintura para abajo iba a estar totalmente dormida.  Lo miré y me le reí en la cara y le dije que lo hablaba con el anestesista, no me va a doler nada mas,  – estoy cansada – le dije.  Debo confesar que escuche claramente cuando ponían la varilla intramedular en la tibia y un par de artefactos mas que solo con el ruido no podía definir.

Terminado el proceso y con el alta a casa y trasladada en la ambulancia, me apoye en las palabras del médico, que todo había salido perfecto, que en un mes y medio ya estaba caminando.
Todo pasó mas o menos como estaba previsto, el período de cama es horrible realmente y el resto también.
En una de las citas de control, el Dr. me da la noticia que hay que volver a operar. Algo sencillo, solo sacarían los tornillos de abajo, para que yo pudiera  mover mejor el talón. 

Esta vuelta salí casi llorando, esta vez era consciente de lo que significaba una cirugía, de los días de reclutamiento, el perjuicio que generaría a toda la familia. 
O sea no es que te podes enfermar y listo me quedo en la cama mirando series, no si sabes que todos están haciendo cosas y vos no ocupas tu lugar y recargas al resto. 
Antes si me sentía víctima, ahora me sentía carga.  Y el problema mas grande es que nuevamente mi vida se iba a detener y de eso era cien por ciento consciente.

Como no iba a permitir que me pasara por arriba todo, en el momento que me dijeron apoya, apoyé, cuando me dijeron camina, caminé, a pesar del dolor físico que significo, que fue mucho mas intenso que la primera vez, del cual era consciente.  Como gran cabeza dura que soy, ni soñando iba a volver a tomar Tramadol y delirar, a lo sumo me volví adicta al paracetamol que mas allá de aliviarme realmente creo que como placebo funcionó bien.  A la semana de la operación, estaba intentando con todas mis fuerzas y las que me faltaban vivir una vida lo mas parecido a la de una lisiada normal que se puede hacer cargo de su movilidad (después de anhelar esa vida duramente 3 meses). 

Esto último y todo lo que estoy aún viviendo es a causa de la consciencia exclusivamente de ella, porque sé lo que está pasando, sé lo que lo que debería aliviarme me hace mal y me rehuso a tomarlo, soy obvia con el bastón en la calle y que la gente me mira o en el ómnibus que me pregunten que me pasó.  Soy consciente que todavía no me puedo agachar, ni sostenerme en mi rodilla, que no puedo correr, que no puedo ponerme el calzado que quiero o va con la ropa que elegí llevar, o la ropa simplemente la ropa.  Creo que la consciencia duele mas que el dolor mismo, el saberse, el entenderse, el verse y el entender el proceso de lo que estas pasando.
Mañana me sacan los puntos, ya lo viví y duele, mas cuando pasaron mas de los días previstos, pero así lo quiso el Dr..  Se que seguramente va a sangrar y me va a doler por dos día más. Y espero con sinceridad, no consciente porque no lo viví pero que sea el comienzo del fin.
En una de esas necesitaba la consciencia de esta segunda vuelta para reconocer y aceptar: lo que me dolió, lo que lloré, todo el pelo que se me cayó por el estrés y tuve que quedar rubia para cubrirlo, lo que sufrí, lo que viví, lo débil que soy y lo fuerte también… 
Hace días, después de ver Capitana Marvel se me vino a la cabeza un proverbio Hebreo: siete veces se cae el justo y siete veces se levanta – no se si me considero justa pero unas cuentas ya me caí y acá estoy parada otra vez – .

One Comment

  • Estela dice:

    Sencillamente genial, me encanta con escribís, como me transmitís tus sentimientos. Te admiro por como sos, como te superaste y por tener esa capacidad para compartir….

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