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Antes del ataque de pánico

By enojo, Frases, Historia, Mi lenguaje, reflexión2 minutos de lectura

Con el grito ensordecedor de sus silencios socavan las raíces de la desesperanza otra vez.
Eso de que nos vean perfectos, que hemos cumplido los sueños mi importa un pito.
Nadie sabe lo que vivimos adentro y ni siquiera de la 4 paredes, porque cuando digo adentro es adentro.
El apoyo era incondicional hasta que se dieron cuenta q era real. Pocas veces había mostrado lo real q eran mis necesidades, la última vez lo vieron en mis quebrantos, en mis desvelos. Hoy es una necesidad nueva y como tal se supone y esperamos que solo sea cuestión de adaptación.  El problema surge o se agudiza cuando nadie pensaba que iba en serio, todos en lo más profundo de su ser solo querían que se me pasara. Ilusos ustedes e ilusa yo, que pensé que me querían y apoyaban. Seguramente desde algún lado lo hagan, pero por ahora solo les molesta. Yo lo siento porque fueron y son parte de mis entrañas y vos me conoces más que yo misma.
Cuando dejan de resolver, cuando dejan de cocinar, cuando no se preocupan más por el resto, cuando solo demandan, cuando no están. Me gritan al oído, como las hermanastras de cenicienta que me apure, que resuelva, que prevea todo, que no me canse, que duerma, que corra, que no llore ni les muestre que me siento mal que nuevamente veo el tsunami en mi horizonte y no puedo hacer más nada.

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