Ese Domingo primaveral a José no le quedaba otra, ir a pasear a Rosario, más precisamente donde tanto le gustaba ir, a la feria de BV Oroño y el río. Puestos de feria americana, antigüedades (libros, juguetes, herramientas y vinilos), artesanos y mucha comida casera, gente por todos lados .
Ese día José buscaba además de empaparse de sol, de verde, de la tranquilidad del río y deleitarse la vista de mujeres bellas, su tarea principal era encontrar un traje para ir a esa fiesta de gala que lo habían invitado tan cordialmente , su compañero de la facultad, así que emprendió el recorrido por toda la feria, en busca de su objetivo , también de precios no muy altos ,no sabia bien porque ,esa tarde se sentía con suerte.
Pasó todo el día recorriendo la feria. Cuando la tarde estaba dando sus últimas horas de luz, fue cuando dio con su tan preciado traje . La viejita del puesto le dijo:
-Lléveselo joven está a la mitad de precio que en cualquier otra tienda, y de yapa se lleva un pañuelo de seda color rojo, que le va a sentar muy bien.
José no lo dudó ni medio segundo, se dio cuenta que la etiqueta era talle M, parecía hecho para él. Ahí nomás de su billetera que la tenía en la mochila sacó los 1000 australes y pagó su nuevo vintage traje.
Así que satisfecho emprendió el viaje de regreso a su pueblo en el Villa Diego , que por cierto tardo en llegar más de lo habitual, ya que era fin de semana y andaba con menos frecuencia, ya mentalizado porque más de una vez , yendo en esa misma línea, tuvo que hacer transbordo a otro por alguna rueda pinchada o porque salía humo negro del motor.
Después de haberse hecho falsas expectativas con transportes parecidos, el tan esperado clavó los frenos media cuadra antes, haciendo ese sonido tan particular y fuerte de los Mercedes ya viejitos. Paro el colectivo y un cansado chófer sin decir nada lo miro como diciendo: dale pibe!…a dónde???
José que tardó en entender la seña del fatigado y cara de pocos amigos conductor le dijo un poco nervioso a Roldán por favor . Tomo su boleto y el transporte arrancó .Ya arriba y eligiendo con satisfacción el asiento que quiso,ya que estaban todos desocupados a excepción de uno donde venía una señora dormitando, toda de blanco ; seguramente una enfermera . Así que se sentó obviamente al lado de la ventanilla y apoyo su nueva adquisición en el asiento de al lado junto algunos libros que también había comprado en la feria ,en su mochila no había más lugar para Cortázar, Hesse ni Benedetti , solo para su campera de jeans y las llaves . Ya en pleno viaje , mirando hacia la nada y pensando lo bien que lo va a pasar a en esa fiesta, corriendo los libros (que pronto iba a empezar a hojear), Se le dió en un momento en revisar los bolsillos de el pantalón y el saco, solo por curiosidad, reviso en cada uno de ellos, ya casi dado por terminado la investigación se dio cuenta de ese bolsillo medio escondido dentro del saco, sin ver pero tocando con la punta de sus dedos , se dio cuenta que había algo, así que ahora sí, con toda la atención, con sus dos manos y su mirada atenta, lo vio.
Era un sobre amarillento por el tiempo y adentro un papel del mismo color escrito con tinta negra, al principio no quería invadir la privacidad del que mandó la carta, pero le ganó la curiosidad. Leyó la primera oración dónde decía la fecha: 25 de abril de 1944.
La dejo por un momento y trató de distraerse con el paisaje de cemento de la gran ciudad pero sin lograrlo por mucho tiempo. Así qué prosiguió.
Querida Leonor:
Le escribo está carta para decirle lo que siento por usted, ya que tengo que zarpar hacia esta guerra que sabemos que no tiene ganadores ni los tendrá,pero es mi deber y lo tengo que hacer .
no pude decirle todo lo que mi corazón siente por eso se la envió con mi tío Jacinto , en las siguientes oraciones va a leer mis sentimientos hecho letras .
Que bella causalidad (porque todo pasa por algo).Que nos comuniquemos así, tan fácilmente, haciéndonos reír, pensándonos, nos ponemos colorados, sonriendo como dos tontos con solo cruzarnos las miradas, esto sin ni siquiera habernos entrelazados nuestras manos.
Estos días aunque se están sintiendo los días grises, fríos y húmedos del otoño, ya casi rasguñando el invierno, los momentos que estoy conversando con usted, para mi son primaverales, porque hacen florecer mas mi espíritu. Que lindo seria que sus ojos claros me estén mirando en este momento, esos que para usted Leonor son comunes, para mi son sol, arte, magia, una sesión de hipnosis avanzada.
Y esa sonrisa, nada que no haya pensado cualquier mortal que la haya visto, que es un contagio de alegría. Uno la mira y no le queda otra que automáticamente sonreír, todo además esos labios, que tientan, que llaman, atraen y atrapan . Esos cabellos locos y dorados que me encantan .esa figura alta que impacta directamente en mis sentidos, ya que mis ojos la quieren mirar, mis manos tocar y mis labios besar. Como dice un poeta que leí en mis tiempos libres ojalá estemos en algún momento usted acá conmigo o yo allá con usted pero los dos juntos en cualquier lugar, por el momento sigamos compartiendo el mismo cielo, las estrellas, está luna y los susurros que nos trae el viento.
José cerró la carta y sin darse cuenta que casi se pasa de su parada , bajó en el lugar de siempre . Fue hasta su casa y esa noche ya no pensó en esa carta , en ese amante que estaba confesando su amor, en esa mujer, Leonor si había recibido la carta, si Jacinto el intermediario había llegado a encontrarla a ella para entregársela. Si hubo encuentro después de la guerra, preguntas que solo quedaran en el aire y que tal vez nadie pueda contestar. Esa noche José se preparó con su traje nuevo , el pañuelo en su bolsillo , peinado engominado , zapatos de charol recién lustrados , su amigo lo paso a buscar y partieron a la tan esperada fiesta; esa noche ya no pensó en esa carta, en ese amante que estaba confesando su amor, en esa mujer, si Leonor había recibido la carta o no, si Jacinto el intermediario había llegado a encontrarla a ella para entregársela. Si hubo encuentro después de la guerra, preguntas que solo quedaran en el aire y que tal vez nadie pueda contestar.




Hoy lei El traje, camine la feria, el sol me entibio,vi el rio ,oli el pasti , le sonre a la vendedora, y llegué a la carta , huy ,ese mensaje de amor,que lindo recibir , ese hombre valiente,¿Habra vuelto? Yo iría hasta su casa ,solo a saludar y expresar lo que me impactó su amor expresado en letras para su Leonor, seguro encontraria una mirada marchita de la espera ,unos talones rajados pisando el tiempo ido, tomaría una infusión y acompañaria el silencio con aroma a leños quemados de su fogon