Hoy como en otros muchos momentos tengo que pasar por la etapa de la des-ilusión. Término que entendí luego de leer un libro de (Claudio Freidzon). No es un tiempo de tristeza ni de desesperación, es mas bien de frustración ante el inminente «engaño» o «ilusión». Si no incluyo a la culpa que también genera seria muy poco transparente. Quizás eso de narcisismo, de como no me di cuenta? retumba. En realidad no es que no me di cuenta, creo que solo retuve la ilusión por lo que quería ver o escuchar y no con lo que estaba en evidencia entre las líneas de una experiencia anterior. En ningún caso me refiero a un amor (aunque pudiera ser amor al dinero, a no pagar multas, a seguir teniendo una historia intachable), sino a la ilusión que generó una expectativa y una confianza (fé) en alguien humano y he aquí el error. En la humanidad no debemos esperar (hubiéramos podido en la circunstancia que fue planeada sin contaminación) nada de nadie. Todos fallan, porque cada uno de nosotros fallamos. Lo gracioso es que volvemos a esperar en lo mismo o en las mismas personas mas de una vez, como si no hubiese bastado la primer experiencia. Esto último hace eco a mi rabia bien merecida, sobre lo que se debía y no se dio. Pero sin perderme en el enojo, la realidad es que la ilusión fue develada y detrás de la venda estaba la realidad. Siempre estuvo, solo que escogí ver lo mas fácil de ver y lo que calmaba mi ansiedad. Obvio que el problema es que la realidad que veo traumatiza mi realidad actual o por lo menos la afecta directamente. Vuelve la pregunta porque no quise ver la realidad sin las vendas, porque de esa manera hubiera podido evitarla o haberme adelantado y preparado para el momento de des-ilusionarme o ver la realidad. Creo que no, solo es mi responsabilidad sino que el ilusionista sabe hacer bien su trabajo ya que de lo contrario no lo seguiría haciendo, la ilusión en todos los casos es algo que esperaba o quería por lo que el hueco vacío encontraba su tapa y por último es el caso real: estaba en el derecho total de recibir lo que el ilusionista prometio a cambio de lo que recibió, por lo que la ilusión tenía un buen fundamento para sostenerse. Ahora bien, los prejuicios están y seguramente llevaran un tiempo para restaurarlos, igual el primer y mas grande paso ya lo di…la ilusión se fue y ya no necesito mirar a través de ese espejito…ahora QUIERO ver la realidad. Y que no se pase por adelante porque lo agarro a patadas (para no ser brutalmente mal hablada je!).
Un día nuevo bajo el sol…